- La AMDP apoya a Leire Olaberría en su denuncia por trato discriminatorio.
- La medallista olímpica notifica también ante la Comisión Ética de la UCI su discriminación por ser madre.
La ciclista olímpica, Leire Olaberría presenta un escrito de denuncia ante el Consejo Superior de Deportes por considerarse discriminada por la Real Federación Española de Ciclismo al no posibilitarle compatibilizar su derecho a ser madre con su condición de deportista.
La Asociación Mujeres para el Deporte Profesional, al conocer la situación que estaba viviendo la ciclista se puso a su servicio y le brindó el asesoramiento jurídico necesario al entender que no se trataba de un mera discriminación deportiva sino que se estaban vulnerando derechos fundamentales como el derecho a ser madre y no ser discriminada por ello perjudicando su carrera deportiva.
Tal y como recoge la Ley de Igualdad en su artículo 8, “Constituye discriminación directa por razón de sexo todo trato desfavorable a las mujeres relacionado con el embarazo o la maternidad”, así como el artículo 29 sobre Deportes en el que se especifica que “Todos los programas públicos de desarrollo incorporarán la efectiva consideración del principio de igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres en su diseño y ejecución”.
La discriminación comienza cuando la medallista olímpica se reincorpora a la competición tras ser madre. Recupera rápidamente la forma y recibe la primera llamada de la selección. Olaberría solicita al seleccionador poder conciliar su condición de madre para acudir a una concentración nacional cuando todavía estaba amamantando a su hijo. La propuesta de la RFEC fue que ella misma se costearse los gastos del vuelo y la estancia de su hijo y persona de apoyo. Pese a la evidente desigualdad, aceptó.
Una vez en la concentración, le comunican su convocatoria para el Europeo de Berlín y vuelven a proponerle que ella se haga cargo de los gastos de la persona de apoyo y planteando un calendario al que Olaberría no puede hacer frente económicamente viéndose forzada a renunciar a la convocatoria. El seleccionador, argumentando que la corredora es rebelde y falta a la autoridad de un superior, excluye a Olaberría de la selección “en base a mal comportamiento”, sin que exista ningún expediente disciplinario contra ella.
Posteriormente, la corredora solicita poder competir con su equipo en la Copa del Mundo de Chile (en la modalidad de Omnium) asumiendo todo el coste y se encuentra de nuevo con la negativa del técnico responsable aduciendo, falsamente, que no tenía los puntos UCI necesarios. Pese a las numerosas trabas, Olaberría persistió en su objetivo compitiendo con su equipo, GipuzkoaOgiberri, en diversas pruebas internacionales class 1 (Holanda, Bélgica, Suiza, Chile, Chequia, Italia, Alemania), tanto en Madison como en Omnium, conciliando su maternidad y obteniendo excelentes resultados que le han permitido conseguir en solo tres meses los puntos UCI que el resto de corredoras en un año entero. Fuera de la selección, ella ha competido tanto o más que antes de ser madre, demostrando que era posible conciliar su maternidad y mantener su nivel deportivo.
Por todo ello, los servicios jurídicos de la AMDP presentaron un requerimiento, previo a la denuncia, a la RFEC solicitando su intervención para acabar con el trato discriminatorio sufrido por la deportista como consecuencia de su maternidad. En dicho escrito, Olaberría solicita su derecho a conciliar su vida familiar con su condición de deportista de Alto Nivel. La Federación contesta justificando su exclusión por criterios técnicos y aduce que “su condición de madre, tampoco queda probada que ello haya sido un factor influyente en la decisión del entrenador”.Resulta cuando menos curioso que antes de exigir sus derechos como madre fue convocada por sus resultados, pero una vez convocada y plantear sus necesidades y su derecho a conciliar es cuando empiezan los problemas.
Por todo ello, el lunes 25 de junio se presentaba una denuncia en el Consejo Superior de Deportes solicitando que se abra una investigación y se tomen medidas cautelares para que no se siga perjudicando la carrera deportiva de una mujer por el hecho de haber sido madre y defender sus derechos.
Paralelamente, se ha interpuesto una denuncia contra el Presidente de la Federación Española de Ciclismo ante la Comisión Ética de la UCI por considerar que se infringe el código del máximo organismo internacional del ciclismo, al existir una clara discriminación hacia la deportista a la que no se le ha permitido conciliar su vida deportiva y familiar una vez reincorporada a la competición tras haber sido madre y habiendo demostrado un excelente estado de forma con buenos resultados a nivel internacional.